Autores: Cátedra Speranza Las imágenes, la retórica del último siglo, han intentado borrar las huellas de un ser humano, responsable de la destrucción del planeta, ambicioso en la concentración de los recursos e incapaz de aceptar la otreidad, ignorando, pese a los adelantos tecnológicos, el hambre planetario. Desde las distintas disciplinas, el hombre fue desplazado del centro de la escena. Hoy, desde la contingencia del aislamiento social preventivo y obligatorio a escala planetaria, estamos invitados a reflexionar sobre las nociones del espacio y el tiempo que adquieren matices particulares, inquietantes, paradójicos… La nueva imagen de la ciudad detenida, pausada, sin los habituales flujos urbanos provoca una inversión (un re-enfoque) tanto en la percepción como en los valores hasta el momento instituidos. Vivimos desde nuestras casas una postal global, simultánea, de fragmentos digitales que construye un nuevo orden, una totalidad aun no experimentada donde categorías, hábitos y valores pareciera que ya no serán los mismos. Aquel espacio-tiempo moderno, cartesiano, homogéneo y perfectamente divisible, listo para las operaciones de las nacientes disciplinas científicotecnológicas, que desde la objetividad y el positivismo confiaron en el progreso humano como su inmediato resultado, hace ya más de un siglo que es discutido desde esas mismas disciplinas. Más información: